La mayoría de ustedes sois primerizas o como mucho, reincidentes por segunda vez en esto de las bodas. Hoy os hablaré en un tono afable y un pelín sarcástico de asuntos que parecen  muy triviales pero no lo son y que egoístamente como fotógrafa me gusta comentar a mis “novias” para que después no haya llantos ni crujir de dientes.

En el fondo son detalles, y si, ya sé que lleváis todo controlado pero más sabe el diablo por viejo que por diablo y quien avisa no es traidor. Son esas pequeñas cosas que pueden llegar a estropear una de vuestras mejores fotos, y después sólo queda tirarse de los pelos…

Ni que decir tiene que el pañito de cochet de tu Tía Conchi en la mesilla de noche del cuarto de tus padres cuando te pongas tu vestido,  a no ser que tenga un valor sentimental de peso no es el mejor atrezzo para el gran día, las cajas de zapatos o las maletas encima del armario tampoco. Así que pasaré a darte unos pequeños tips para el gran día:

1) Fotografíate en las pruebas

Aunque yo voy con las novias a las pruebas de maquillaje y peinado, y en ocasiones a las del vestido, no todos los fotógrafos lo hacen, de hecho, casi ninguno. Así, además de poder aconsejar en primera mano, las novias pueden verse exactamente como en el gran día evitando así sorpresas. Novias con polvos bronceadores en exceso o iluminadores que no se aprecia a simple vista pero sí en las fotos han jugado malas pasadas a más de una. Recordad a Angelina Jolie en una de sus alfombras rojas no hace mucho con manchas blancas por toda la cara…

 

2) Cómprate algo mono para cuando te maquillen y peinen

Con una batita blanca o de color claro basta, no es necesario que te gastes una fortuna. Unas zapatillas nuevas tampoco están de más. Y aunque está de moda lo “vintage” os aseguro que unas babuchas viejas no molan nada…

 

3) Duerme bien la noche antes

Aunque habrás contratado un maquillador maravilloso, nada tapa una noche en vela. Trata de dormir bien los días antes. Te asegurarán un aspecto genial.

 

4) Come algo

Y bebe agua. Las lipotimias os prometo que tampoco quedan bien en las fotos. Puede que para ganar algún concurso, pero prefiero a novias sin desplomes fortuitos!  Los nervios a veces pasan factura.

 

5) Entra en el coche por el lado contrario al que vas a salir

Os parecerá una tontería, pero la cola y el velo encima tuya no te van a permitir salir grácilmente de automóvil. Pide también al padrino o alguien de confianza te de la mano para impulsarte al salir, porque agarrarte al marco de la puerta con la mano contraria a la del ramo y hacer un poco de fuerza no da el mejor gesto a la cara. Asegurado.

Espero que os hayan sido útiles mis consejos, o al menos os hayan divertido un poco al tiempo que habéis visto algunas de mis fotos.

Ahora en serio. Mi máximo deseo es que salgáis lo mejor posible en las fotos y para eso estoy yo, para aconsejaros e ir a vuestro lado el día de la boda. Os retocaré el rimmel con bastoncillos si lloráis, o con una esponjita el maquillaje si os han dado un beso con un pintalabios de color fuerte. Ahí estará Elena, pendiente de todo.

 

Quiero a mis “novias”. Os quiero.

Fotografías de bodas un mundo apasionante, lleno de matices y sentimientos. Realizar este tipo de reportajes es toda una hazaña, llena de aventuras.

Vivimos inmersos en un tiempo fugaz, en el hábito cotidiano de usar y tirar, en el aquí y allá, unido a unas grandes dosis de intrascendencia. El estímulo y la pulsión han relegado a un segundo plano a la reflexión y la observación. Primamos el movimiento sobre la quietud y la celeridad por encima de la serenidad. Y nada de ello invita a paladear el momento, a acertar en el encuadre.

 

Quién no ha realizado una fotografía con su móvil durante un encuentro con los amigos o en la celebración de una boda para acto seguido emplear un tiempo precioso en colgarla y responder ipso facto a los comentarios en la Red. Por alguna extraña razón, sentimos la necesidad de compartirlo todo inmediatamente con personas que se encuentran a decenas de kilómetros. Generalmente, durante esa abstracción espacio-temporal conseguimos dos cosas: no fotografiar nada, puesto que no alcanzamos a ver más allá de lo banal, y lo que es peor: nos perdemos lo sublime del instante, lo realmente importante.

Mientras la física no demuestre lo contrario, no podemos estar a ambos lados del ‘objetivo’. O a un lado y otro de la Red. Como tampoco aquí y allá. O como dice el refrán:”… en misa y repicando”.

Fotografiar, obviamente, requiere de algo más que un teléfono móvil con sus millones de megapíxeles. Fotografiar implica justo lo contrario a un tiempo atribulado. Esta expresión artística necesita del tiempo como ninguna otra para dotarla de sentido y literalidad. Y en saber atraparlo recae toda su grandeza y singularidad.

 

La fotografía requiere un tiempo definido para realizarla, por muy instantánea que sea. Y un tiempo añadido para dotarla de significado, muy a diferencia de otras artes como el vídeo o el cine y aun poseyendo un marcado carácter de inmediatez.

Si algo nos dejó el siglo XX, más que la consolidación de este invento, fue el excepcional legado de unos fotógrafos que elevaron un oficio a la categoría de arte. Desde el retrato al fotoperiodismo. Del realismo al fotomontaje. Sus tiempos, su tiempo, sublimados con el transcurso de los años adquiere valor a medida que éste avanza. Hablar de la fotografía es hablar de sus artífices y su peculiar visión sobre el tiempo de los objetos, hechos y sujetos.

Todo aquello que pueda ser definido como evento o acontecimiento de relevancia, y una boda lo es, ha de tener su fotografía. O sus fotografías. Da igual si se grabó en vídeo o no, pero si no existe constancia fotográfica, tampoco se le podrá calificar como evento. Y muchísimo menos de boda. Fotografiamos nuestra boda porque lo consideramos algo muy importante que no deseamos olvidar.

 

Sublimar ese instante gaseoso, efervescente, y convertirlo en algo sólido que perdure en el tiempo es la labor incontestable del fotógrafo de bodas profesional. Nadie como él sabrá sacarle partido a ese inédito lapso en nuestras vidas. En él recae leer e interpretar adecuadamente tan magno acontecimiento. Los prolegómenos, la ceremonia, el banquete… Cada parte está repleta de matices que el buen fotógrafo sabe vislumbrar, capturar, plasmar de forma certera.

Fotografiar una boda implica saber perpetuar esos matices que la convierten en algo especial, singular. Podrán diluirse los sabores del banquete o difuminarse los aromas con el paso de otoños y primaveras, pero la luminosidad de aquel día y sus sonrisas permanecerán guardados para siempre en las fotografías.

 

Transcurridos los años, crecidos los hijos o ya con los nietos, acudiremos en más de una ocasión al cajón de las fotografías como quien hurga aliviar el alma en un cajón de medicinas. Será entonces cuando esos retazos de tiempo detenido que son las fotografías, adquieran de nuevo todo su sentido y vida, porque algún fotógrafo, ese día, supo capturar el momento, y tuvo la perspicacia suficiente de sublimar el instante.

 

Post Escrito por Parejo Photos

 

Los preparativos de boda, esos momentos previos a la ceremonia en los que os disponéis a disfrutar de vuestro gran día, a veces pueden resultar de los más estresante. Después de varios años como fotógrafo de bodas he visto a parejas disfrutar de esos momentos en un ambiente de “cuasi-spa”; pero también he sido testigo de momentos de auténtico caos emocional con gritos y lágrimas.

1- ¿EN HOTEL O EN CASA?

Prepararte en tu casa (o la de tus padres) tiene un componente emocional muy grande y seguramente te sentirás más “acogida”. Por otro lado, vestirte en un hotel o en la propia finca donde celebráis la boda supone más comodidad al evitar desplazamientos hasta la ceremonia, además suelen ofrecer un decorado muy atractivo para fotografiar.

Ambas opciones son válidas si tienes en cuenta que para tener unas buenas fotografías de preparativos de boda es recomendable tener dos cosas: espacio y luz.

Elige la habitación más luminosa disponible, de forma que permita a tu fotógrafo trabajar con luz natural. También es buena idea que sea un lugar espacioso y lo más ordenado posible.

En ocasiones puede haber más de 5 o 6 personas alrededor de los novios, entre maquillaje/peluquería, ayudantes para poner el vestido, fotógrafo, videógrafo… así que es mejor que lo tengas en cuenta a la hora de elegir la habitación en la que te vas a preparar o podéis terminar como en el camarote de los Hermanos Marx.

 

2- PELUQUERÍA Y MAQUILLAJE.

Haz lo posible por peinarte y maquillarte en el mismo lugar donde te vayas a vestir. Es posible que sea algo un poco más costoso, pero de verdad que merece la pena.

No tendrás que esperar por posibles retrasos con otras clientas ni desplazarte lejos de tu casa/hotel varias horas antes de la ceremonia, con lo que ganarás en tiempo y tranquilidad. Además tu fotógrafo te lo agradecerá, ya que esos momentos de maquillaje/peluquería son muy ricos visualmente.

Eso sí, por mucho que se empeñe tu peluquer@/maquillador@ no dejes que te tape la cabeza con un trapo para ponerte el vestido. Créeme, lo he visto y no querrás tener fotos de ese momento como si llevaras un burka.

 

3- PRUÉBATE ANTES LOS COMPLEMENTOS.

Liga. Lencería. Gemelos.

Son complementos que habitualmente no utiliza la mayoría de nosotros, por lo que no está de más que unos días antes compruebes que la liga no se desliza por tu pierna cada dos pasos.

Pruébate la lencería si vas a usar liguero, no es fácil ajustar las medias y las cintas.

Pide a quien te vaya a ayudar a poner el vestido que ensaye con los dichosos botoncitos de la espalda (no sé cuántas veces he oído eso de “en la prueba del vestido esto parecía más fácil”). Una aguja de ganchillo o una horquilla serán de gran ayuda para que la manicura de tus ayudantes no sufra.

 

4- DELEGA.

La clave para no acabar sobrepasada por el estrés es que no intentes controlarlo todo y delegues aquellas tareas que no debas hacer necesariamente tú misma. Del mismo modo, evita que todo el que tenga un pequeño problema acuda a contártelo: “tu tía segunda se ha roto una uña”, “el primo Jacinto no sabe cómo llegar a la iglesia”, “Estrellita, la niña que llevará los anillos, se ha manchado el vestido de piruleta”.

Una buena idea puede ser que pidas a una dama de honor o a alguien de tu confianza que se encargue de resolver esas pequeñas crisis.

Tus nervios te lo agradecerán.

 

5- CONFÍA EN TU FOTÓGRAFO.

Los fotógrafos acompañamos a cada pareja durante todo el día, desde los preparativos de boda hasta la fiesta. Esto nos da una visión de conjunto más amplia que la de cualquier otro proveedor (a excepción, quizá, de algunos wedding planner) y podemos aportaros ideas para cualquier momento de la boda.

¿No crees que es buena idea dejarte aconsejar por alguien que ha vivido decenas o cientos de bodas y que su prioridad es que tengas las mejores fotografías de tu boda?

Con estas ideas seguramente tendrás unos preparativos de boda más tranquilos, aunque seguramente habrá muchos más consejos que aportar.

 

¿Cuál crees tú que es la mejor idea para tener unos preparativos relajados? ¿Hay algo que te hubiera gustado que te aconsejaran antes de tu boda?

Escrito por Sergio Cueto

Después de un muchísimas  conversaciones con parejas de novios y compañeros de profesión he llegado a la conclusión de que existen una serie de requisitos imprescindibles para asegurar el éxito con las imágenes, el día de tu boda.

¿Quieres saber cuales?

1 – Casarse enamorados y entusiasmados

Mi trabajo como fotoperiodista de bodas es capturar la magia que sucede en vuestra boda. Mi materia prima es la emoción y es en lo que se sustentan las imágenes inolvidables.

2 – Ponte en manos de un enamorado de la fotografía de bodas

Que os entienda y qué comprenda que vuestra historia de amor es única. Que os haga sentir tan a gusto que penséis que es un invitado más el día de vuestro enlace y en el que confiar para pedirle consejos en base a su experiencia.

3 – Da a la fotografía la verdadera importancia que tiene

Pues será lo único que perduré en el tiempo. El día después de tu boda ya no podrás disfrutar del menú, ni de las flores, ni de la música ni de aquella preciosa fuente de chocolate. 30 años después quizás no puedas volver a ponerte el vestido de novia. Pero de lo que si estoy seguro, es que dentro de 20,30, 40 … años podrás sentarte junto a tus hijos o tus nietos y enseñarles una a una las fotos de tu boda, reviviendo cada uno de los momentos y compartiéndolos tantas veces como quieras incluso con personas que no estuvieron allí.

4 – Tu boda es “tu boda”

Haz lo que de verdad te gustaría: que te case un amigo, una ceremonia en mitad de un bosque o en la iglesia más pequeña de tu pueblo . Es vuestra fiesta y si tenéis claro lo que queréis, es mucho más fácil conseguirlo. Sería mas cómodo hacer lo que han hecho otros, o elegir lo que le fue bien a los demás, pero vuestra historia de amor es única y vuestra boda también! lucha por ello.
Respeta lo que quieren los demás pero contentar al 100% es imposible. Y recuerda que os casáis para siempre, date algunos caprichos si ese es tu sueño porque la oportunidad es única.

5 – Relajarse y disfrutar

Olvidar la perfección, la boda tiene la magia de ser “un gran directo” dónde todo es posible. Disfruta de la improvisación y afronta los cambios con sentido del humor. Déjate sorprender.

Mi nombre es Chema y soy fotógrafo de bodas y videógrafo en www.lasonrisadebeatriz.es en Tenerife, aunque adoro viajar por todo el mundo para encontrar preciosas historias de amor llenas de emoción.

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